
El Informe CGR 2025 pone de relieve que la economía circular retrocede y el consumo de materiales se dispara
- 732 lecturas

- 732 lecturas
El mundo enfrenta una preocupante realidad: de los 106 000 millones de toneladas de materiales que consume anualmente la economía mundial, apenas el 6,9 % proviene de fuentes recicladas, una cifra que ha descendido 2,2 puntos desde 2015. Así lo indica el más reciente Informe sobre la Brecha de Circularidad 2025 (CGR®), elaborado por Circle Economy en colaboración con Deloitte Global.
Este retroceso pone en evidencia que el ritmo del consumo de materiales supera con creces el crecimiento poblacional, generando más residuos de los que el sistema de reciclaje puede procesar eficazmente. Frente a este panorama, el informe hace un llamado a la acción: es necesario establecer objetivos globales de economía circular, impulsar una transformación estructural y fomentar una colaboración multilateral sólida.
Análisis integral de los flujos materiales
Por primera vez, el CGR® proporciona un análisis exhaustivo del impacto que tienen los materiales entrantes, acumulados y salientes en la economía global, ya sea como facilitadores o barreras para la circularidad. Esta evaluación se basa en 11 indicadores clave que permiten identificar áreas de oportunidad, como la sostenibilidad agrícola y el desarrollo de infraestructuras, para potenciar el uso circular de los recursos.
El informe también introduce el CGR® Dashboard, una plataforma de datos que permite acceder a millones de registros acumulados desde la primera edición del informe, con el objetivo de democratizar el acceso a la información y facilitar decisiones informadas para responsables políticos, empresarios y agentes de cambio.
El reciclaje crece, pero no compensa el mayor consumo
Entre 2018 y 2021, la utilización de materiales reciclados creció en 200 millones de toneladas. Sin embargo, este avance ha sido insuficiente frente al incremento acelerado del consumo total, lo cual neutraliza los beneficios obtenidos.
Para revertir esta tendencia, el informe propone reducir la dependencia de materiales vírgenes, priorizando aquellos reciclados, mejorando la eficiencia en toda la cadena de valor y fomentando el diseño de productos duraderos, reparables y modulares.
Además, se plantea un escenario hipotético: si se reciclaran todos los materiales reciclables disponibles sin disminuir el consumo, la tasa de circularidad global podría alcanzar hasta un 25 %. No obstante, esto resulta improbable debido a las dificultades técnicas y económicas asociadas al reciclaje de ciertos materiales.
Replantear el sistema: de la eficiencia al rediseño
La estructura actual del sistema de reciclaje es, según el informe, inadecuada e ineficiente para resolver la crisis global de residuos. Esta situación abre una puerta para que los líderes empresariales mejoren los sistemas existentes, inviertan en tecnologías de recolección optimizada y exploren usos de alto valor para los residuos, mediante la aplicación de principios de diseño circular.
Un dato revelador es que la mayoría de los materiales reciclados proviene de residuos industriales y de demolición, mientras que solo un 3,8 % procede de productos domésticos de consumo cotidiano.
“Incluso en un mundo ideal, no podemos resolver la triple crisis planetaria simplemente reciclando. El cambio sistémico tan necesario requiere un cambio fundamental”, afirma Ivonne Bojoh, directora ejecutiva de Circle Economy. Según Bojoh, se necesita liberar el potencial circular en sectores como la edificación y las infraestructuras, gestionar sosteniblemente la biomasa y evitar que materiales renovables terminen en vertederos.
Este cambio estructural exige acciones audaces y decisiones diferentes, así como inversiones que garanticen la aplicación de soluciones circulares en todas las etapas de la cadena de valor.
La circularidad como oportunidad empresarial
El informe señala que alcanzar una economía verdaderamente circular requerirá objetivos concretos para reducir tanto el uso de materiales como el consumo energético, sin perder de vista la necesidad de incrementar las tasas de reciclaje. Para ello, es clave promover principios de diseño circular, extender la vida útil de productos y normalizar el uso de materiales reciclados en todos los sectores y regiones.
Los gobiernos tienen un rol decisivo en esta transición. Mediante políticas públicas inteligentes y cooperación internacional, pueden crear condiciones adecuadas para avanzar hacia la circularidad. Las recomendaciones incluyen trasladar la carga fiscal del trabajo al uso de materiales, redirigir subsidios desde actividades lineales hacia prácticas circulares, y financiar proyectos de innovación sostenible.
Según David Rakowski, socio de Deloitte UK y líder global de Circularidad, “los líderes empresariales que miran más allá del cumplimiento normativo para adoptar proactivamente una mentalidad circular pueden ayudar a sus organizaciones a generar nuevas oportunidades de valor y mercado, reducir costes y desarrollar la resiliencia a largo plazo de la cadena de suministro”.
Rakowski destaca que el CGR 2025 proporciona herramientas prácticas para que las organizaciones puedan identificar dónde enfocar sus esfuerzos, lograr progresos tangibles hacia los objetivos de sostenibilidad y construir una economía global resiliente y dentro de los límites planetarios.